Esta capilla, construida en 1962, ocupa un total de 12,000 m2 del campus en una base hexagonal irregular con 477 m2 de área de piso que incluye una nave con 500 asientos, un coro y vestidores para los ministros.
Los cuatro planos manipulados que conforman las paredes de la capilla se extienden hasta 19.2 m de alto, haciendo al edificio un punto de referencia central en el campus.
El arquitecto I.M. Pei fue cuidadoso al crear un diseño específico para el contexto ambiental de Taiwan, con paredes de concreto reforzado que dan estabilidad ante el evento de un terremoto, y durabilidad en aquél ambiente húmido y propenso a tifones.
Artesanos locales dieron forma a la elaborada e intrincada cimbra, la cual requirió de ‘costillas’ para reforzar la curvatura de las superficies, mismas que se engrosaron conforme descendían para prevenir que los materiales se combaran.
El exterior de la capilla está cubierto de losas de cristal con forma de diamante, mientras que el interior refleja formas de diamante similares conforme las molduras de concreto se vuelven más gruesas y las formas disminuyen de tamaño gradualmente conforme se acercan a la parte baja de la estructura.
No obstante, que la solución propuesta buscó darle lo mejor a todos los espectadores, la obra fue de bajo costo.
El edificio se desarrolla como un proceso único. La fachada fue resuelta a partir de capas elipsoidales que se rotan, lo que le da al edificio un carácter muy dinámico. Esto se subraya con la membrana translúcida textil de color anaranjado, que abarca el marco de acero a la vez que crea impactantes efectos de luz. Esta colorida cubierta también envuelve el volumen que alberga la sala de música.
La piel transparente, además de permitir que las personas se relacionen con el edificio afuera y adentro hace que éste se convierta en una enorme escultura luminosa.
Las dos torres de oficinas crean en el interior de la estructura espacios públicos compartidos que obtienen una dinámica única al tener plataformas, rampas y escaleras mecánicas que dan fluidez a la circulación.
La ventilación se da de forma natural para lograr un ahorro energético.
La propuesta es arriesgada e innovadora, y propone una estética que además de ser espectacular, logra reducir la emisión de carbono y adhiere un sentido ecológico a la arquitectura.
En aquel lugar en el que nos presentamos conocimos a una doctora, una odontóloga, que nos contó su sueño, ella quería tener una clínica, una clínica dental, pero no una clínica dental cualquiera. Ella nos confeso que no quería un lugar espectacular, ella quería un lugar donde sus clientes-pacientes se sintieran realmente especiales. Quería mimarlos como se merecen y quería que todos los que viviesen allí de 9.00 a 21.00h se sintieran felices.
De pronto como una melodía musical que venía del conservatorio sonaron todos los espacios que necesitábamos crear, porque la arquitectura puede explicarse con música… Surgió también el color blanco como superficie total y las líneas negras, tal y como surgen los trazos en el block del artista.
También surgió el arte y la escultura. Un espacio lleno de sensaciones, un espacio para los 5 sentidos, el hilo de nuestro estudio de arquitectura, olfato, gusto, tacto, oído y vista.
La concepción de este proyecto surgió de la necesidad de fusionar y rehabilitar dos construcciones de viviendas existentes para dar lugar a un edificio de oficinas. La idea principal era la de seguir el criterio sustentable de evitar demoliciones y reutilizar edificaciones, tanto como sus materiales y acabados.
Una de las principales limitantes con que se encontró el proyecto fue la orientación de las viviendas que se resolvió mediante la implementación de protecciones solares para aminorar la incidencia directa de los rayos del sol hacia el interior así como para hacer uso de la iluminación natural.
La funcionalidad de las áreas administrativas y de trabajo se logró por medio de la conexión e integración del espacio de ambas viviendas, respetando y adecuando la estructura y aprovechando los espacios existentes así como las instalaciones para dar lugar a un edificio de oficinas que puede albergar a más de 100 usuarios. El punto de enlace entre ambas edificaciones se logra con la disposición del vestíbulo y el cubo de escaleras que a su vez dan lugar al área de acceso del nuevo edificio.
Dentro de este proyecto, surge la idea de generar un Parque Cultural de 25 hectáreas que recibe el nombre de “Parque Cultural y Recreativo David Ben Gurión”.
Dicho Parque tiene como eje compositivo una gran plaza mural de 80 x 400 metros creada por el artista plástico hidalguense Byron Gálvez. Ésta plaza, realizada con pequeñas piezas de mosaicos, cubre un área llena de colores diversos de 32,000 metros cuadrados. Alrededor de esta plaza se encuentran diversos espacios: Museo de Arte Contemporáneo, Audiorama, Parque Escultórico, La Biblioteca Central del Estado, Centro de Convenciones, Museo de Ciencia y Tecnología, Hotel de 5 estrellas y rematando el conjunto, El Teatro Auditorio Gota de Plata.
El proyecto del Teatro Auditorio Gota de Plata, realizado por los arquitectos Jaime Varon, Abraham Metta y Alex Metta de la firma Migdal Arquitectos, es uno de los elementos principales de este gran conjunto; se sitúa en la cabecera sur del Parque Cultural y dada su posición dentro del complejo, actúa como El Remate Visual de este gran “mar de colores”. De ahí, surge la idea de reflejar la plaza mural a través de una gran cubierta reflejante de parteluces de cristal espejo, dispuesta a 25 metros de altura y con un volado en sus dos extremos de casi 40 metros.
Desde la calle, la casa es simplemente un volúmen blanco que se distingue por un gran ventana en el segundo nivel que permite el ingreso de luz natural difusa en los baños y circulaciones.
Piedra Caliza envuelve el muro frontal hasta la entrada y luego vuelve a aparecer en el interior, con la idea recurrente de hacer menos evidente el límite entre el interior y el exterior.
Las cortinas se ubican en una grilla por capas que permiten mejor privacidad. Las personas pueden sentir una abertura general en la tienda y al mismo tiempo sus trabajadores pueden obtener espacios más privados a través del uso de las cortinas.
La tienda tiene espacios flexibles dados a partir de los intervalos irregulares generados por las cortinas. Los detalles de los pliegues y bordes también son tomados en consideración, ya que su manufactura entrega un ambiente de elegancia masculina.
Se ubica en una zona estratégica en la zona norte del suburbio de Interlomas, a las afueras de México DF. Este suburbio relativemente nuevo se caracteriza por la falta de espacios públicos abiertos y por un sinfín de carreteras en las que los peatones no son bien recibidos.
En los primeros acercamientos fue evidente la necesidad de mantener el espacio interior central como reflejo del dinamismo exterior, de esta manera el cliente mantuvo a Rojkind Arquitectos para el diseño también de este espacio. Así, al acceder a la tienda se encuentra un atrio de tres pisos lleno de movimiento y luz, animando a moverse a través del espacio.
El vacío central, abalconado y retroiluminado intenta recordar la fluidez de la fachada exterior, pero a una escala más humana en contraposición con la escala urbana del exterior. Este juego entre el interior y el exterior está destinado a crear un sentido de descubrimiento para el usuario y que culmina en la terraza de la azotea, lugar abierto a toda la comunidad circundante local, mejorando así la función social que la tienda reproduce.
El efecto es multiplicado en el ambiente creando una construcción de la propia luz. A lo largo del año, conforme transcurren los días y los meses, los elementos huecos toman diferentes formas con la incidencia del sol, por las noches este efecto se transforma en un continuo proceso de metamorfosis.
La volumetría de la estructura ahuecada en los muros de la planta alta es una construcción muy compleja, hecha con líneas curvas infinitas. El elemento modular, una obra de arte, fue diseñado por el artista visual Austriaco-Americano Erwin Hauer quien, desde 1950, ha concebido y realizado esculturas complejas para espacios arquitectónicos. 
La mitad del edificio se desplantó debajo del nivel de la calle, mientras que la otra mitad se levanta sobre de él. Esta solución tiene un doble objetivo, reducir al mínimo los efectos perjudiciales de las extremas condiciones meteorológicas locales y re-conceptualizar la identidad de un museo de arte moderno.
La cubierta que resguarda las plantas que se ubican por debajo del nivel del terreno, se mezclan con la vegetación, mientras que la parte elevada se expande para formar un atrio abierto, permitiendo que la luz difusa ilumine el espacio y corra un tranquilo y confortable flujo aire.
El programa del Museo de Arte Contemporáneo, se interconecta con el Museo de Arte de Niños y la Administración, que se ubican dentro del volumen elevado. Ambos espacios son de fácil acceso y están directamente conectados a través de tubos de circulación vertical, proporcionando apoyo estructural a la masa elevada y espacio para sistemas de circulación, tales como escaleras mecánicas, escaleras y ascensores.
La solución de la casa propone un paisaje pintoresco, uno de los recursos para ello, es un muro verde inserto en un nicho a lo largo de la fachada frontal y una serie de arbustos en el techo del estacionamiento.
Adosada a una parte de la fachada de la vivienda en el piso superior, se instaló una capa vegetal con un sistema desarrollado por los arquitectos para funcionar como muro cortina. Su función principal es actuar como una pantalla de privacidad y mantener la lluvia afuera.
Los arquitectos quedaron especialmente satisfechos con este detalle, ya que se aproxima a una envolvente orgánica. La cortina de plantas reúne el comportamiento del edificio con la afinidad del hombre por la naturaleza.
El diseño se centró en la investigación, desarrollo e implementación de métodos constructivos innovadores y diseños arquitectónicos con una conciencia social y ambiental. El proyecto se concibió en tres partes: plano de tierra, espacio ocupado, y techo del pabellón.
Todas las piezas derivan de un módulo para facilitar la prefabricación y la transportación a la escuela. La cubierta se pliega para permitir la anidación de una oficina, almacén y sala de baño. El proyecto se extiende más allá del mercado y en un parque de la tierra en pendiente para proporcionar un escenario y asientos.
El corazón del proyecto es el patio central, al cual se dirigen las vistas de todas las áreas de la casa, por lo que se decidió abrir la cancelería de las áreas comunes, integrando así mediante los materiales el interior y el exterior. Respetando el entorno, se aprovechó la topografía del terreno, diferenciando así las áreas del patio mediante desniveles, jardineras y el paisaje. Al centro del patio se creó una barra, que nace del jardín, motivando la convivencia en esta área tan protagonista, resaltándola mediante el color rojo de la casa.
En el interior se buscó mediar un diálogo entre los materiales originales y los materiales nuevos, conservando así el aplanado característico de la casa, y balanceándolo con materiales neutros como madera de cedro blanco y mármol de carrara, generando así un enfoque – mediante los materiales y el diseño de la casa –en el patio interior.
La librería mira al norte, de manera de controlar efectivamente la recepción lumínica, mientras las pisos de lectura y de archivos están acomodados junto a los pliegues que surgen del envoltorio exterior. Los pisos se unen a través de rampas, permitiendo la circulacion continua.
El Centro de Conferencias contiene tres auditorios de distinto tamaño, todos con acceso directo desde la plaza exterior a través de un gran hall de entrada que surge del “estrechamiento” de esta piel exterior.
La casa se configura en forma de L, alrededor de una gran piscina enmarcada por una terraza de tablas de alerce, pintadas de color blanco. La continuidad entre el interior y el exterior de la sala de estar está protegida por un muro de vidrio que se extiende por todo el perímetro de la casa, con vista al mar. En relación con el nivel del jardín, la casa se suspende a través de un borde liso y continuo que la rodea.
El jardín fue diseñado a través de una colección de plantas mediterráneas, definiendo el borde hacia el mar con cáctus y palmeras sobre grava blanca. El interior se configura en base a paneles de media altura de color blanco, al igual que las vigas del techo, que quedan a la vista, al igual que la mayor parte de la estructura.
El proyecto se sitúa bajo la pendiente adyacente a la capilla, de esta manera desde la Notre Dame du Haut el proyecto es casi imperceptible. El programa contempla un centro de visitantes y un pequeño convento y un oratorio, en este lugar lo que se privilegia son las vistas al valle y la conexión con la naturaleza, así fomentar la serenidad y la meditación.
El convento se compone de módulos en hormigón dispuestos según las necesidades del programa, que se adecuan perfectamente a las actividades diarias de las hermanas. Además en cada uno de estos se privilegia la relación con las vistas como un requisito fundamental de cada espacio. También existe un patio de invierno dedicado a la contemplación. El monasterio incluye un oratorio para peregrinos y un lodge para pasajeros que necesiten descansar.
Los invitamos a ver estas excelentes fotos de Ximo Michavila y a conocer más sobre este ambicioso proyecto a continuación.
Desde entonces, este pequeño módulo de arcilla ha sido parte de grandes obras de la arquitectura. Ya desde principios de la historia hasta el presente, este material ha tenido la capacidad de otorgar carácter y una espacialidad particular a cada espacio, permitiendo formas sinuosas o claroscuros de luz. Todo esto enmarcado en el estudio, análisis y experimentación. Este pequeño elemento puede rotar y apilarse de millones de formas, sólo depende de la creatividad e imaginación del creador.