En aquel lugar en el que nos presentamos conocimos a una doctora, una odontóloga, que nos contó su sueño, ella quería tener una clínica, una clínica dental, pero no una clínica dental cualquiera. Ella nos confeso que no quería un lugar espectacular, ella quería un lugar donde sus clientes-pacientes se sintieran realmente especiales. Quería mimarlos como se merecen y quería que todos los que viviesen allí de 9.00 a 21.00h se sintieran felices.
De pronto como una melodía musical que venía del conservatorio sonaron todos los espacios que necesitábamos crear, porque la arquitectura puede explicarse con música… Surgió también el color blanco como superficie total y las líneas negras, tal y como surgen los trazos en el block del artista.
También surgió el arte y la escultura. Un espacio lleno de sensaciones, un espacio para los 5 sentidos, el hilo de nuestro estudio de arquitectura, olfato, gusto, tacto, oído y vista.+Información:





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