Vivimos tiempos en que es más fácil botar que reparar, adecuar y poner en valor. Los objetos y edificios que nos rodean poseen una historia oculta que es necesario descubrir o re-descubrir. Vemos en el trabajo con una estructura existente la necesidad ineludible de una lectura y relectura continua de los elementos y antecedentes de la obra original. Es para nosotros la búsqueda del enigma en la obra y la posibilidad subsiguiente de descifrar ese enigma.
Nos gusta pensar que este enigma se puede traducir, en palabras de Pierre Bordieu, como “un sentido de juego” que no depende necesariamente de los diseñadores sino que se da con el tiempo y con el uso y que depende de lo que le toca vivir y de los agentes sociales que intervienen. Creemos que este sólo hecho bien merece ser develado, y en este caso quizás fue nuestra única premisa al momento de proyectar.
Pensamos que trabajar con el edificio Diego Portales (o lo que queda de él) es un regalo. Vimos en éste un desafío pero también una gran oportunidad, la de trabajar con toda esa carga histórica que a nuestro entender no podía perderse por afanes políticos cortoplacistas ni menos por alguna declaración atávica de “tabla rasa” de algún arquitecto de turno.
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26 may 2011
Premio Obra del Año 2010: Centro Cultural Gabriela Mistral
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esencia y espacio
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