Oscar Hagerman construye y piensa con las manos. Fabrica muebles y diseña comunidades. No impone contenedores sino soluciones. Resuelve con diseño apegado a la necesidad. Si bien afirma que “la arquitectura debe tratar de conseguir armonías entre cada persona y su alrededor”, su armonía se contagia. Pausado y cautivo de su experimentación ergonómica del mobiliario, explica cómo la Silla Arrullo diseñada para la Cooperativa Don Emiliano en 1968, ha encontrado su ensamble perfecto 45 años después.
La redefinición es casi imperceptible al sólo definir la curvatura de la espalda y mejorar al apoyo de la zona lumbar. Dos piezas curvas que configuran un respaldo para una silla pensada sólo para sentarse. Las formas caprichosas quedan fuera. El material no se desperdicia. Los prototipos y maquetas –en madera y cartón corrugado– cuentan procesos en proceso. Simplifica formas y costumbres en tule, bejuco y madera. Al final, la estructura se amolda al cuerpo.
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La redefinición es casi imperceptible al sólo definir la curvatura de la espalda y mejorar al apoyo de la zona lumbar. Dos piezas curvas que configuran un respaldo para una silla pensada sólo para sentarse. Las formas caprichosas quedan fuera. El material no se desperdicia. Los prototipos y maquetas –en madera y cartón corrugado– cuentan procesos en proceso. Simplifica formas y costumbres en tule, bejuco y madera. Al final, la estructura se amolda al cuerpo.
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