El proyecto, resultado de un concurso de ideas abierto, influenció una unidad completa de la red urbana de Bilbao. El área incluye un edificio existente, que ha tenido que ser remodelado, y un espacio abierto, lo cual permite una nueva construcción en respuesta a la demanda del cliente.
El argumento principal de este proyecto es la organización de lo “antiguo” y lo “nueva” en tres volúmenes edificados que pertenecen a las tres funciones principales, sin embargo, claramente separados. El edificio actual ha sido reformado para lograr espacios interiores abiertos y flexibles, los cuales serán utilizados como salas públicas de lectura e investigación.
La nueva construcción incluye dos nuevos volúmenes edificados. El primero de ellos, cubierto con piedra, incluye la administración de las casas. El segundo sirve para almacenar los libros y se ha diseñado como una caja de vidrio que expresa y simboliza la función de la nueva biblioteca de la ciudad.
La textura de los libros se utiliza como una excusa para establecer un reclamo cultural y el diálogo evidente entre el interior del edificio y el espacio público en el exterior. Durante el día la imagen de las serigrafías impresas, que representan el contenido escrito de los libros, son predominantes. En cambio, en la noche, la iluminación artificial intensifica el dominio de los libros almacenados en los estantes.
El argumento principal de este proyecto es la organización de lo “antiguo” y lo “nueva” en tres volúmenes edificados que pertenecen a las tres funciones principales, sin embargo, claramente separados. El edificio actual ha sido reformado para lograr espacios interiores abiertos y flexibles, los cuales serán utilizados como salas públicas de lectura e investigación.
La nueva construcción incluye dos nuevos volúmenes edificados. El primero de ellos, cubierto con piedra, incluye la administración de las casas. El segundo sirve para almacenar los libros y se ha diseñado como una caja de vidrio que expresa y simboliza la función de la nueva biblioteca de la ciudad.
La textura de los libros se utiliza como una excusa para establecer un reclamo cultural y el diálogo evidente entre el interior del edificio y el espacio público en el exterior. Durante el día la imagen de las serigrafías impresas, que representan el contenido escrito de los libros, son predominantes. En cambio, en la noche, la iluminación artificial intensifica el dominio de los libros almacenados en los estantes.
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