Establecer un plano horizontal en alto, hecho de arena, para extasiarse ante el mar infinito. Nada más y nada menos.
Para ello, construimos una gran caja de 20 metros de frente y 12 metros de profundo y con dos plantas bajo ese plano. En esas dos plantas excavadas en el sólido capaz de piedra, se contienen ocho dormitorios que se abren a los costados, cada uno con su baño. Seis abajo y dos arriba. Y las zonas correspondientes de estar. En la planta primera, el estar principal con el comedor y la cocina que se abren a un gran porche. Ambas plantas comunicadas por una escalera y una gran plataforma móvil que también llega a la cubierta.
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