Breve guía matemática para entender la obra de Escher
El artista gráfico fue admirado por matemáticos y científicos antes de obtener el reconocimiento de los críticos de arte
La nueva exposición de Maurits Cornelis Escher en Madrid, en el palacio de Gaviria, viene precedida por un éxito internacional (más de 700.000 visitantes en sus emplazamientos previos) que muestra la popularidad del artista holandés. En realidad Escher fue primero admirado por matemáticos y científicos antes de obtener el reconocimiento de los críticos del arte. Es más, muchos matemáticos han usado su obra para representar conceptos, comenzando por su coetáneo el geómetra inglés Donald Coxeter, para ilustrar la noción de simetría.
En sentido contrario, no hay duda de la influencia de la matemática en la obra de Escher, sobre todo de algunos elementos geométricos, pese a que nunca fue experto en la materia. Él mismo confesó: "Me vengo ocupando de matemáticas sin darme bien cuenta de ello". Escher estuvo obsesionado con las particiones regulares de la superficie y diseñó multitud de mosaicos en los que las figuras blancas y negras (aves, peces, cocodrilos e incluso hombrecillos) se complementan para cubrir la imagen. La disposición de las figuras en sus obras siempre guarda cierta simetría. Estas relaciones de simetría no son arbitrarias, los mosaicos planos solo pueden presentar diecisiete patrones de simetría distintos, llamados grupos cristalográficos. Escher pudo observar algunos de estos en sus visitas a La Alhambra de Granada en 1922 y 1936.
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