“Sensaciones.
Inquietudes que capturen la mirada y conecten al estar. Un adentro-afuera.
Curvas.” A esa primera escucha se agregaba la localización con vista hacia un
lago y la belleza natural de la sabana brasileña en el entorno.
Así tuvo inicio
el proyecto de la residencia.
Con la sensación
de libertad para crear, comencé una reflexión y revisité mi repertorio
estético.
Ante la hoja en
blanco, comienzo los croquis, recuerdo mis estudios sobre el renacimiento y el
deslumbramiento con las esculturas italianas. Tengo una idea que sintoniza con
el pedido del cliente: la casa girando en torno a una sala circular y una
escalera como elemento helicoidal ascendente de conexión. Externamente, dos mamparas
acogen un árbol retorcido de la sabana brasileña y conducen a dos caminos: uno
de ellos para el hall de entrada, cubierto por un techo verde, y el otro hacia
el área de ocio. Con radios diferentes entre sí, esas mamparas funcionan como
medianeras al cuerpo cilíndrico, dando movimiento y perspectiva a la mirada del
espectador, remitida nuevamente al movimiento espiral –ahora en relación a la
fachada frontal e integrando la vegetación nativa a la nueva habitación–.
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