Los jardines y huertas interiores pueden entregar importantes beneficios a la vida cotidiana, desde una mejor estética y salud hasta una mayor productividad. Investigaciones han demostrado que las plantas de interior ayudan a eliminar los contaminantes presentes en el aire, llamados compuestos orgánicos volátiles (COV), que emanan de adhesivos, muebles, ropa y solventes, y que pueden causar distintas enfermedades. También aumentan las percepciones subjetivas de concentración y satisfacción, así como las medidas objetivas de la productividad. Los jardines interiores pueden incluso reducir el uso de energía y los costos debido a la menor necesidad de circulación de aire. Estos beneficios complementan las ventajas estéticas obvias de un jardín bien diseñado, haciendo del jardín interior una característica residencial atractiva en varios frentes.
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