Con la cantidad de información y tecnologías disponibles actualmente, ya sea de investigación académica o de los propios fabricantes de productos de construcción, hay muy poco espacio para el empirismo y la experimentación al diseñar a escalas diversas. Es más, los conceptos erróneos en las especificaciones de diseño pueden generar enormes costos y dolores de cabeza. Sin embargo, mucho antes de la construcción y la ocupación del edificio, es posible comprender claramente cómo funcionará térmicamente, su capacidad de generación de energía fotovoltaica e incluso cuántos recursos se necesitarán para enfriarlo y/o calentarlo. Existen software, herramientas y aplicaciones que permiten cuantificar todas estas decisiones de diseño, evitando errores, costos adicionales, la producción innecesaria de desechos y garantizando la eficiencia de todos los materiales aplicados.
Con la adopción cada vez más generalizada del sistema BIM (Building Information Modeling), los modelos virtuales de nuevos proyectos o incluso reformas y modificaciones se están volviendo cada vez más precisos, permitiendo un mayor control de costos y eficiencia en el trabajo. Existe la posibilidad de simular el edificio construido, entender su comportamiento antes del inicio de la construcción, y hacer seguimiento al proyecto a lo largo de sus fases, incluso después de construido o en su desmontaje y demolición. Mediante un mejor control de la etapa de diseño, es posible dimensionar y ordenar la cantidad y las dimensiones más precisas de los productos que componen la construcción.
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