La arquitectura religiosa en México ha alcanzado niveles simplemente excelsos con sus iglesias y catedrales. Descubre las cinco más espectaculares:
1. Catedral Metropolitana de la Ciudad de México
Ubicada en el Zócalo, en el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México, yace uno de los edificios más majestuosos de la capital: La Catedral Metropolitana. Construida en cantera gris, sus dimensiones contemplan 59 por 128 metros y una altura de 60 metros hasta la cúpula, convirtiéndola en la catedral más grande de Latinoamérica.
En su exterior se admira una triple portada barroca, cuyo centro se decora con el relieve de Nuestra Señora de la Asunción, patrona de la Catedral, y la maravillosa cúpula, esculpida por el famoso artista valenciano Manuel Tolsá. De su interior sobresale el dorado Altar de los Reyes, de estilo churrigueresco mexicano y su hermoso coro. Hacia el oriente, se encuentra otro espectacular edificio adjunto: El Sagrario Metropolitano que, para algunos expertos, contiene la fachada churrigueresca mejor lograda de Iberoamérica.
2. Catedral de Morelia
Ubicada en el Centro Histórico de la ciudad de Morelia, sus torres sobrepasan los 65 metros de altura, lo que la convierte en una de las catedrales más altas del continente. La construcción de este bello edificio, elaborado en cantera rosada, inició en 1660 y terminó en 1744, siendo la segunda catedral de Valladolid.
El estilo de su fachada es de un barroco sobrio, que conjuga tableros y pilastras –un elemento poco común en estas construcciones- que conforman un atractivo conjunto ornamental. En las portadas se pueden admirar bellos relieves que escenifican la vida de Cristo y sus puertas, ricamente labradas y pintadas. El interior es de estilo neoclásico del que destacan el órgano del coro, un manifestador de plata -ubicado en el altar principal- y la imagen del Señor de la Sacristía, una escultura de Cristo elaborada con técnicas prehispánicas.
3. Catedral de la Ciudad de Puebla
Aunque su construcción se inicia en 1575, fue en tiempos del obispo Juan de Palafox y Mendoza a mediados del siglo XVII cuando se realizaron la mayor parte de las obras. En este bello edificio conviven casi todos los estilos artísticos virreinales, desde su fachada renacentista, con sus dos altas torres, hasta el ciprés neoclásico –hecho por Manuel Tolsá y José Manzo-. En su interior destaca el coro, dotado de una magnífica sillería de estilo mudéjar, la cúpula con la pintura de Cristóbal de Villalpando dedicado a la Eucaristía y el Altar de los Reyes.
Además, la Catedral es considerada como un importante museo de arte sacro novohispano debido a que alberga en su interior notables obras de pintura, escultura y orfebrería de gran calidad artística, así como los tesoros de su sacristía y ricos ornamentos sacerdotales. Tanto los candelabros traídos de Francia, como las rejas y los portones que la rodean también son dignos de destacarse.
4. Catedral de Guadalajara
En 1561 el rey de España Felipe II la mandó a construir y se terminó alrededor de 1716, a cargo del arquitecto Martín Casillas. Sin embargo, en 1818 un fuerte terremoto sacudió la ciudad, derrumbando su cúpula y sus torres, las cuales fueron sustituidas en dos ocasiones, permaneciendo actualmente las ideadas por el arquitecto Manuel Gómez Ibarra, en forma de prisma hexagonal y cubiertas de azulejos.
El interior de la Catedral está decorado en un estilo barroco sobrio, del que destacan sus bóvedas de nervaduras, interesantes obras pictóricas -especialmente el mural en la sacristía de “La Purísima Concepción” deBartolomé Esteban Murillo- y su bello órgano de origen francés, el cual es uno de los más grandes de México.
5. Catedral de Zacatecas
Construida principalmente entre 1731 y 1752, en el lugar donde anteriormente se edificaron dos iglesias, la obra estuvo a cargo de Domingo Ximénez Hernández. La riqueza de esta Catedral, dedicada a la Virgen de la Asunción, se plasma principalmente en la exquisita obra de sus orfebres que consiguieron modelar de manera espectacular la cantera de su fachada, dando vida a una sofisticada escultura que asemeja el arte de un retablo.
Las hermosas portadas de su exterior, en especial la principal, son una obra maestra del barroco exuberante mexicano -también conocido como barroco zacatecano por su autenticidad-, que contrastan con su interior, de un estilo neoclásico relativamente austero, del que sobresalen sus columnas dóricas y sus altares elaborados en cantera.
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