De apenas 20 m2, esta casita en los Alpes suizos era almacén agrícola, pero también ha habido sitio para convertirla en una vivienda de vacaciones. La firma Savioz Fabrizzi dejó el exterior intacto, salvo por la renovación de piezas originales por motivos de seguridad y la apertura de huecos para la entrada de luz solar.
Una base de piedra que abarca la altura de un piso apoya una construcción de madera. Organizada en tres niveles y revestida por dentro con paneles de alerce, la entrada se mantiene en la planta intermedia, donde se sitúan la cocina y la sala de estar.
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