Pintar las paredes de blanco tiene muchas ventajas (como ganar más luz, dar sensación de amplitud de espacio y combinar con cualquier estilo de decoración), pero también resultar un poco aburrido.
Elegir pintar de blanco o de un color dependerá del estilo de decoración que vaya más con nosotros y con la combinación de colores que elijamos empleando siempre el famoso 60-30-10: elegir tres colores y aplicar la proporción de cada uno según esta regla.
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