El Museo
Amparo, en Puebla, ocupa una colección de edificios en una manzana del centro
histórico de la ciudad. Los más antiguos se construyeron en el siglo XVI y
tuvieron distintos usos: hospital, casa de sacerdotes, colegio para niñas y
casa habitación. El conjunto fue adaptado por Pedro Ramírez Vázquez para servir
de sede al museo, inaugurándose en 1991. Hoy, el museo es adaptado con un
proyecto del Taller de Enrique Norten y la ejecución de la constructora GA&A,
empresa mexicana con más de dos décadas de experiencia, especializada
recientemente en procesos de recuperación de inmuebles históricos, como el Museo
Amparo, en Puebla y el Exconvento de San Pablo, en Oaxaca.
Alejandro
Hernández explica, contundente, la intervención que se hizo en el Museo Amparo:
“La primera propuesta tuvo dos intenciones principales que se apreciaban claramente
en una maqueta conceptual del proyecto. Primero, usar la azotea del edificio
para los nuevos espacios requeridos, generando así una relación distinta, a
otra altura, con el paisaje urbano y el skyline del centro histórico de
Puebla. Segundo, esos espacios —en la maqueta bloques de acrílico traslúcido—
flotaban sobre los distintos patios de la manzana, cubriéndolos y construyendo
ese vacío como nuevas salas. Esa segunda idea, que en la maqueta tenía la
fuerza de un gesto casi abstracto, resultaba quizá por su misma contundencia
demasiado radical y chocaba con cierto moderno y acaso demasiado rígido culto a
los monumentos. La propuesta cambió a una seguramente más consciente de las
condiciones a las que se enfrentaría: un proyecto que se irá construyendo sobre
y dentro del edificio de un museo que se mantendrá, en buena parte, abierto y
en uso.
Las azoteas se siguen
aprovechando, replanteando la relación del edificio con su contexto
literalmente desde otra perspectiva y haciendo de la ciudad misma algo más que
puede ser visto en y desde el museo.
Con un juego de
cubiertas y recubrimientos, en su primera etapa la intervención genera nuevos
espacios, ya sea en patios o en los interiores existentes, sumando otra
estrategia: reorganizar la circulación en el museo de manera que permita
muestras con una museografía más actual. Y, sin negar su tiempo, persigue
cierta neutralidad en sus materiales y acabados, buscando que los viejos
edificios tengan un nuevo valor que, ese sí, reconocemos como absolutamente
moderno: fluidez espacial. Lo nuevo sirve así para consolidar al monumento”.
El Museo Amparo está ubicado en Calle 2 Sur núm. 708 en el
Centro Histórico de Puebla y está abierto a todo público de miércoles a lunes
de 10:00 a 18:00 horas.
Los lunes la
entrada es gratuita.
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