Sus responsables insisten en que el Mucem no será solo un museo, sino un faro que irradiará las culturas mediterráneas. El director del centro, Bruno Suzzarelli, considera, orgulloso, que este “no cuenta con ningún equivalente en toda Europa” y aspira a convertirlo “no solo en un lugar de exposiciones, sino en el nuevo centro neurálgico de la ciudad”.
El museo, de 15.000 metros cuadrados de extensión, aspira a seducir a 300.000 visitantes al año, además de convertirse en un “aspirador de turistas”, según un portavoz de la oficina de turismo local. Lo hará con exposiciones temporales sobre el arte y la civilización de la cuenca mediterránea.
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