Sus responsables insisten en que el Mucem no será solo un museo, sino un faro que irradiará las culturas mediterráneas. El director del centro, Bruno Suzzarelli, considera, orgulloso, que este “no cuenta con ningún equivalente en toda Europa” y aspira a convertirlo “no solo en un lugar de exposiciones, sino en el nuevo centro neurálgico de la ciudad”.
Solo una incógnita parece ensuciar el radiante futuro que todo el mundo vislumbraba ayer. ¿Encontrará el Mucem un público masivo que se interese por el multiculturalismo, allá donde otros foros han fracasado? El majestuoso Palacio del Pharo dirige un mal augurio desde lo alto de la colina vecina. Fue construido a pie de mar por Napoleón III para la emperatriz Eugenia, pero nunca se instalaron en él. Cuando cayó el imperio, el edificio seguía vacío y con la fachada inacabada. A partir del viernes, el Mucem intentará escapar al mismo destino.
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