La casa con sus
maceteros de concreto en cascada, ocupados con más de 40 tipos de plantas
comestibles en cada piso, crea un fuerte contraste visual con las
construcciones vecinas. Su fachada empotrada proporciona espacios públicos
adicionales para la interacción entre vecinos. Esto puede verse en la primera
maceta que se construye alrededor de un árbol de jazmín existente,
que sirve como mobiliario urbano proporcionando una conexión entre la
pareja y su vecindario.
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