Dan Barasch y James Ramsey tienen un plan alocado para crear un parque lleno de vegetación, debajo de la ciudad de Nueva York. Ambos están desarrollando la Low Line, un espacio verde subterráneo del tamaño de un campo de fútbol. Lo están construyendo en una terminal de tranvía abandonada en 1948, usando una tecnología que capta la luz solar en la superficie, a nivel del suelo y luego la dirige bajo tierra. Es un parque que puede florecer incluso en invierno.
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