El Telescopio Espacial Hubble consiguió imágenes de cuatro enanas blancas, estrellas como nuestro Sol que han agotado su combustible, rodeadas de polvo que contenía oxígeno, magnesio, hierro y silicio.
Un grupo de astrónomos de la Universidad de Warwick concluyó que los restos eran de planetas similares a la Tierra que fueron destruidos masivamente hace miles de millones de años. Las imágenes señalan la última fase de la muerte de estos mundos.
Además los astros devorados presentaban niveles reducidos de carbono, muy parecidos a los que tiene la Tierra y otros planetas del Sistema Solar, aseguró en su portal ELMUNDO.es.
La atmósfera de las enanas blancas está compuesta por hidrógeno y helio, por lo que elementos más pesados son devorados en tan sólo unos días por la fuerza de gravedad de la estrella. La muerte de un planeta supone explosiones de material a velocidades de un millón de kilómetros por segundo.
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