Pasa la temporada de lluvias y el pájaro Hornero (o “Albañil”) se prepara para construir su nido; el agua ha mojado la tierra, entregándole el material para empezar su trabajo. Barro, paja, raíces y otras ramas son unidas hasta formar una masa arcillosa, la que es trabajada por el Hornero y su pareja hasta formar una especie de horno grueso, donde luego la hembra pondrá sus huevos.
La estructura construida -en pocas semanas-, es tan sólida que después de secarse y endurecer puede soportar climas adversos y permanecer en buen estado durante años, transformándose en su casa por varias estaciones.
Este pájaro actúa como el mejor de los arquitectos, respondiendo a una necesidad específica para construir una estructura justa, firme y duradera, que usa los materiales que están a su disposición y que cumple su función a la perfección… incluso permitiendo que sea usada posteriormente por otros animales.
¿No es esto arquitectura sustentable? La naturaleza hace arquitectura y parece tener mucho que enseñarnos (o recordarnos).
El nido es levantado en colaboración por la pareja de Horneros, los que buscan ramas gruesas de árboles u otros soportes firmes para empezar a unir los materiales. La masa es formada en el mismo “terreno”, para luego construir una base que definirá la orientación de la estructura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario