En la introducción de un reciente articulo en The Guardian, Olly Wainwright observa una serie de proyectos de tesis producidos por algunos de los mejores estudiantes del Reino Unido. Wainwright está impresionado, no solo por el evidente talento técnico e imaginación en los proyectos, sino que por la falta de conexión de estos proyectos con la arquitectura real, construida e imperfecta: “Nuevamente, los proyectos parecían huir de el mundo real, sus habitantes y lugares, al igual que de la escala y contexto; pareciendo imágenes de fantasía de formas con ningún propósito aparente”.
Esto es una trampa en la que muchas escuelas de arquitectura han caído, tanto en el Reino Unido como en el resto del mundo, siendo un síntoma de la naturaleza errada de la educación en arquitectura. También es una respuesta sintomática de la obsesión por las imágenes de arquitectura, una completamente desligada de la realidad.
La idea de la imagen de arquitectura perfecta no solo está potenciada por los profesores de las escuelas que dan prioridad a los renders sobre las implicaciones prácticas de un proyecto (haciendo que los estudiantes pasen horas perfeccionando sus técnicas visuales más que perfeccionando el mismo diseño), pero también la media arquitectónica (y sí, nos incluímos dentro de esta categoría). La media arquitectónica presenta un flujo de imágenes brillantes que “venden” una arquitectura idealizada al público y claramente a los mismos arquitectos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario