A orillas del Danubio, en la localidad austriaca de Linz, se encuentra un idílico bosque donde puedes pasar la noche en el interior de ¡un tubo! La idea de tan simple es encantadora. Son tres habitaciones, cada una de ellas con lo más elemental: cama matrimonial, espacio para guardar el equipaje y luz eléctrica; lo esencial pero con un toque estético. Los demás servicios del hotel con baños, duchas, minibar y cafetería se encuentran en los alrededores.
El sistema de pago también es cordial, ya que sólo dejas la cantidad justa que puedes permitirte. La idea es que con tu aportación apoyes a que el proyecto crezca y se reproduzca en nuevos lugares.
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