Iztapalapa guarda una de las obras artísticas más incomprendidas del país, catalogada como fea por la mayoría de los habitantes de la ciudad, y empleada sólo como referencia geográfica, este monumento colosal tiene una historia que pocos conocen.
Solemos ubicarla cuando vamos rumbo a la salida a Puebla, en el oriente de la Ciudad de México. La primera vez que alguien se encuentra con ella es imposible quedar indiferente ante el rostro duro y serio de Benito Juárez. Este busto del ex presidente de México se encuentra en el centro de una glorieta en Avenida Guelatao, donde resalta de entre las unidades habitacionales que la rodean.
En 1972 se conmemoró el primer centenario de la muerte de Benito Juárez, como parte de las celebraciones el gobierno de Luis Echeverría decidió levantar una obra plástica integral en cuya construcción colaborarían arquitectos, ingenieros, escultores, pintores, obreros y técnicos. Como ya es una tradición en México, el proyecto fue sufriendo retrasos y al final se realizó en el periodo de 1972 a 1976. La construcción estuvo a cargo del arquitecto Lorenzo Carrasco. La obra mural sería realizada por David Alfaro Siqueiros, pero debido a su estado de salud y posterior muerte, el trabajo fue retomado por Luis Arenal Bastar.
La estructura mide 13 metros de alto por 9 m de ancho y pesó 6 toneladas. La base de la cabeza posee una altura de 12.38 m, 15.95 m de ancho y 6 m de fondo. Su inauguración fue el 21 de marzo de 1976.
Un corralón de autos robados, la FES Zaragoza, la estación del metro Guelatao, una academia de policías y centro de patrullas del Distrito Federal, son algunos de los elementos que forman parte del contexto en el que se encuentra el monumento.
Pasaron los años y su interior fue utilizado para cometer una serie de delitos, los colores del exterior perdieron intensidad y el tiempo no perdonó, haciendo que este espacio luzca triste y descuidado.
Después de permanecer varios años en el olvido, en el 2000 se rediseñó este espacio, las obras duraron unos meses, en los que se cambió la escalera metálica del interior por una de madera, el vestíbulo fue ampliado y los jardines de la glorieta fueron remodelados.
En septiembre de ese año, Rosario Robles, entonces Jefa de Gobierno del Distrito Federal, inauguró el Museo Cabeza de Juárez. Un día después de su inauguración fue nuevamente clausurado “pues le faltaban unos detalles”.
Cuando finalmente abrió sus puertas, el museo no contó con mucha afluencia de visitantes, debido a la inseguridad que genera el lugar.
El Museo Cabeza de Juárez está abierto al público de lunes a viernes de las 08:00 a las 15:00 horas y los sábados y domingos de 11:00 a 17:00 horas.
Se encuentra en la Glorieta Cabeza de Juárez, Av. Guelatao s/n. Col. Unidad Habitacional Cabeza de Juárez III. A un costado de la FES Zaragoza y a 200 mts. de la estación Guelatao de la línea A del metro.
Unámonos para recuperar este espacio cultural del aislamiento que siempre ha sufrido.