El estudio italiano proyectó en Moscú un museo conformado a partir de una suerte de podio sobre el que se apoyan volúmenes de geometría irregular.
El entorno se caracteriza por la cantidad de edificios monumentales construidos durante la época del llamado “Clasicismo Socialista”, como la Biblioteca de la Universidad Estatal de Moscú.
El Museo Politécnico tendrá una superficie de 31.403 m2. El proyecto se compone de cuatro elementos que conforman una geometría irregular, como cortada por el viento, cubierta por completo de cobre preoxidado, que al recibir el impacto de la luz natural devuelve una imagen de tonos verdes y azules.
La elección del cobre como protagonista es muy coherente con el clima extremo: cien por ciento reciclable, es un material que resiste la corrosión en contacto con cualquier atmósfera y garantiza una amplia vida útil con poco mantenimiento. Además, la tonalidad evoluciona con el paso del tiempo, pasando del dorado inicial hasta la típica pátina verde azulado cuando el material se ha estabilizado completamente.
Los elementos están conectados entre sí a través de los niveles internos, apoyándose en una suerte de caja transparente que mira a la ciudad. “La idea del proyecto provino del deseo de comunicarse con la arquitectura del pasado y al mismo tiempo entra en conflicto con ella –define el matrimonio–. La monumental arquitectura de los edificios circundantes contrasta con este nuevo edificio, que es imponente, pero que expresa una complejidad formal enfatizada por el color del cobre preoxidado que hace de cobertura”.
El tamaño de la caja, que tiene un diseño irregular, es funcional para la carga y descarga de las obras de arte entre el nivel –1, que incluye el estacionamiento, la planta baja y los niveles superiores de los cuatro elementos esculturales. Por su parte, la caja transparente consta de dos niveles: la zona abierta al público está ubicada en la planta baja e incluye al lobby, cuya planta fue concebida para subdividirse en distintos salones de arte, una cafetería, un local comercial, tres jardines de invierno con techo corredizo y dos auditorios de diferentes tamaños (uno con capacidad para 500 y otro para 800 butacas). “Los auditorios fueron diseñados como paralelepípedos y materializados en madera roja”, dicen los autores.