En Europa las nuevas tendencias se abrían paso con vehemencia y Barcelona no fue una excepción. En los años 20 algunos arquitectos comenzaron a aplicar los postulados del Racionalismo, con muestras tan luminosas como el Pabellón de Radio Barcelona (1926-29), de Nicolau Rubió. La construcción en 1929 del universal Pabellón de Alemania de Mies Van der Rohe, la fundación del GATCPAC en 1930, la emergencia de la figura de Josep Lluís Sert -arquitecto que merece un capítulo aparte- y el advenimiento de la II República sirvieron de acicate para el desarrollo de una arquitectura novedosa, que incluyó además el sofisticado Art-Decó y propuestas vanguardistas como el Cubismo y el Expresionismo.
Casa Joaquima Vendrell (Ramon Puig Gairalt, 1928)
Este edificio (calle Vallhonrat, 22-26) se erige expresionista e iconoclasta en su concepción esquinera, con unos volúmenes cúbicos y angulosos, la utilización estridente del color y la rotundidad de sus balcones y portales. Del mismo arquitecto son el racionalista Gratacel (rascacielos) de Collblanc, de 1927 (Carretera de Collblanc, 43-45), y la Casa Marià Pidelaserra, de 1935 (Balmes, 178), una elegantísima pieza de Art-Decó, con un torreón casi escultórico.
Edifici Fàbregas (Luis Gutiérrez, 1935-44)
El Fàbregas apunta maneras por lo que respecta a una manera grandilocuente de construir, muy del gusto de la época franquista (véanse el Edificio España, la Torre de Madrid o el Ministerio del Aire ―del mismo Gutiérrez― en la capital, o el Hospital de Cruces de Barakaldo). Hay que verlo desde lejos y desde la calle Jonqueres para apreciar su enorme volumen.