Querido lector desmemoriado, ya tienes la solución para que tus plantas no se mueran en una semana intensa de trabajo, o simplemente en tus próximas vacaciones de Semana Santa.
Esas semanas que vas como pollo sin cabeza son como una academia de desaprendizaje, en la que borramos hábitos como regar las plantas del salón que tanto mimo reciben en otras temporadas. Hasta que un domingo levantas la vista y ves que donde había verde ahora solo queda una naturaleza muerta. Y entonces es cuando darías tu reino por un riego automático de interior.
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