Caleido, el edificio que se construye junto a las Cuatro Torres, que se ha colado en el ‘skyline’, crece una planta por semana.
Vistos desde la torre del hospital de La Paz, los cerca de 300 obreros que levantan Caleido, el nuevo rascacielos del norte de la Castellana, parecen hormigas con chalecos amarillos. Allí languidecían junto a las Cuatro Torres los restos del centro internacional de convenciones que la crisis aniquiló dejando solo los cimientos en un agujero de más de 30.000 metros cuadrados. Ahí, los arquitectos Mark Fenwick, Javier Iribarren y Fernando Serrano-Suñer se enfrentan a un desafío que intentan superar a diario: erigir a una planta por semana la nueva torre de 36 alturas y 181 metros cuyo esqueleto, que ya se cuela en el skyline, quiere tocar el cielo de Madrid y ser un referente de sostenibilidad cuando esté acabada en septiembre de 2020.
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