Desafiando al horizonte como lo hacen los acantilados vecinos, esta vivienda levantada junto al cabo de Ajo (Cantabria) por el estudio MDBA de María Díaz se ha anclado con firmeza en el rocoso paisaje costero.
Asentada en pendiente, la geometría del volumen da una sensación de solidez que se dulcifica con la plantación de vegetación autóctona en la parcela. El volumen mira con rotundidad hacia el mar y se torna a una presencia más humana en la terraza de madera y el jardín de plantas aromáticas, ubicado entre las rocas de la zona sur.
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