El "Oculus", como se llama la controvertida obra, conectará hasta once líneas de metro distintas con la línea de tren que enlaza a Nueva York con Nueva Jersey, permitirá el acceso subterráneo a las principales torres del WTC y albergará un centro comercial y restaurantes.
Unas 50.000 personas lo usarán cada día y la Autoridad del Puerto de Nueva York y Nueva Jersey (PATH), que gestiona el proyecto, considera que este número se doblará una vez que las instalaciones estén completamente operativas.
"Pero estas predicciones parecen tan confiables como las promesas iniciales de estas autoridades de que el proyecto se construiría en 5 años y costaría US$2.200 millones", opinó el New York Times, que califica la obra de "desorbitado símbolo de despilfarro".
La estación de metro más cara del mundo terminó costando US$4.000 millones y se construyó en 12 años.
Y para otro diario neoyorquino, el New York Post, es "la estación más fea del mundo", un "mausoleo" que tiró millones de dólares "por el agujero".
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